De la fase del cachorro, después de unos cuantos meses, el perro pasa a ser joven, permaneciendo luego por bastantes años en la madurez. La duración de su vida vería por factores ambientales, de la raza, del estado de salud, de las condiciones higiénicas, del ejercicio y de la alimentación. Algunas razas son longevas como el Volpino y el Fox Terrier, que pueden llegar hasta los 18 o 20 años; mientras el Boxer o el Pastor Alemán a los 12 o 13 años han entrado ya en la plena vejez.
No es en modo alguno exacto que se deba multiplicar por siete la edad del perro para compararla con la del hombre.
Basta con pensar que una perra puede tener descendencia a la edad de un año, mientras que una niña de siete años aún se encuentra muy lejos de ello.
Puede ser útil, si bien aproximada, la tabla para establecer una relación perro-hombre bastante aceptable, teniendo en cuanta que la edad del perro debe ser multiplicada por el número de un coeficiente indicado para obtener una edad humana.
Esta tabla indica que un perro, en término medio, puede vivir poco más de 12 años y que en general no supera los 15.
La naturaleza ha sido avara con él, considerando que un Papagayo vive 100 años, un Canario 20, una Rana Gigante 16 y un Lenguado 15.
El perro se encuentra en su plenitud entre los tres y los cinco años, en este período sus sentidos están completamente desarrollados y su vigor se encuentra en la fase máxima. Hacia los siete u ocho años comienza lentamente a declinar.
A esa edad un perro de compañía buscará la quietud, dormirá más rato, en invierno preferirá estar más cerca de la calefacción, los mismos perros de defensa y de caza no experimentan ya la agresividad y la resistencia de los años juveniles.
Al envejecer el perro casi siempre se vuelve sordo, en los ojos se le pueden formar cataratas, los dientes se le caen y el masticar se les hace dificultoso, puede tener problemas al orinar por habérsele engrosado la próstata.
Además, en su carácter pueden claramente acentuarse el ser huraño y rutinario.
Sobre la buena salud del perro en la vejez tiene mucha importancia el modo en que haya sido cuidado en la juventud por sus amos.
Si ha hecho ejercicio, ha tenido aire, sol, higiene, alimentación adecuada, abrigo del frío, con visitas de control al veterinario, etc., declinará poco a poco y sin achaques.
El perro viejo necesita atenciones especiales. Se le dejará tranquilo, se tratará de darle una alimentación digestiva, se evitará que engorde, haciéndole hacer ejercicio, pero sin que se canse.
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